La ley Stark es una limitación en ciertas referencias médicas. Se prohíbe derivaciones médicas de los servicios de salud designados ("DHS") para los pacientes de Medicare y Medicaid si el médico (o un miembro de su familia inmediata) tiene una relación financiera con esa entidad. Una relación financiera incluye acuerdos de propiedad, intereses de inversiones y de compensación.
Un médico dentro de un grupo de práctica que refiere su paciente para RM, CT o PET para ser proporcionada dentro de la práctica del grupo debe proporcionar al paciente, en el momento de la remisión, previo aviso por escrito que el paciente puede obtener estos servicios de imágenes de un proveedor distinto al de la práctica en grupo referiente. La notificación por escrito debe proporcionar al paciente una lista de tales proveedores alternativos en el área donde reside el paciente.
Auto-referencia del médico es la práctica de un médico que refiere un paciente a un centro médico en el que el médico tiene un interés financiero, ya sea en la propiedad, la inversión, o un acuerdo de compensación estructurada. Los críticos argumentan que esta práctica es un conflicto de intereses, ya que los médicos benefician de su propia remisión. Los autores sugieren que estos sistemas puedan fomentar la utilización excesiva de los servicios, que en cambio elevan los costos de atención médica. Además, creen que sería crear un sistema de referencia en cautiverio, lo que limita la competencia de otros proveedores.